Estas dos últimas semanas han sido un poco caóticas y eso ha traído consecuencias en nuestra alimentación.

Y como sé que esto nos pasa a todos, voy a compartirte cómo he resuelto y qué cosas me han servido para salir del paso y al menos comer saludable el 80% del tiempo.

El caos ha venido porque nos hemos puesto a remodelar el salón. La habitación del bebé no existe y no existirá al menos hasta que sea más grandecito, pero necesitábamos sitio de almacenamiento así que nos hemos puesto a pintar, cambiar y montar muebles y a hacer y tapar agujeros.

Si has hecho trabajos de este estilo sabrás que en dos patadas se lía la de dios.

Polvo hasta en las cejas, una habitación se queda como si le hubiese explotado una bomba y allí van a parar todos los trastos, basura que se empieza a acumular, y por supuesto la organización o rutinas habituales cambian para pasar a hablar de tornillos, yeso, color de pintura, bisagras y más cosas (que al menos yo no sabía que existían) –Lo mío es la cocina-

¿Consecuencias de esos cambios de rutinas?

NEVERA PELADA
Y para más caos se me olvidó una botella de agua de vidrio en el congelador y hubo que tirar cosas por los cristales.
Total que a NEVERA PELADA se sumó CONGELADOR PELADO.

Aunque hemos ido a comprar verduras y frutas, no había margen de hacer preparaciones de más de 10/15 minutos para comer y cenar. O bien porque no teníamos tiempo o porque estábamos tan cansados que nos dormíamos por las esquinas.

¿CÓMO RESOLVIMOS?

Para comer en casa en la compra incluía:

  • Verduras para poder hacer ensaladas: tomate, remolacha cocida, cebolla, zanahoria, champis, brotes verdes, aguacate.
  • Verduras que requieren poca cocción para salteados o mezclar con pasta: pimientos, cebollas y calabacín.
  • Verduras cocinadas: pimientos asados, escalibada (pimientos, cebolla y berenjena)
  • Latas para agregar proteínas a los platos: melva, atún, sardinas y caballa.
  • Frutas: para el desayuno o una merienda rápida.
  • Huevos: soy fan declarada y necesito que estén en mi nevera porque me sacan de un apuro.
  • Kefir: que usamos en el desayuno con algunos cereales hinchados + frutos secos.
  • Hummus y Gazpacho comprados para resolvernos algunas comidas.
  • Pescados enteros que cocino al horno y en 20 minutos están hechos sin tener que estar vigilando.
  • Carnes troceadas para hacer salteados y cocciones rápidas.

Estos días no hubo platos super elaborados, sólo ingredientes mezclados que nos dieran los nutrientes para poder seguir trabajando.

Pero como yo me aburro con facilidad, siempre algo distinto le agrego al plato para que, aunque sea lo mismo, tenga un sabor diferente:

  • Ensaladas: fan total de las semillas para darles un toque crujiente.
  • Colocar los ingredientes en el plato por separados con el hummus al medio para ir mojando cada uno de a poco.
  • Agregar frutos secos troceados al arroz o a la pasta.
  • Ponerle miel a algún pescado azul como el salmón.
  • Usar leche de coco o aceite de coco para darle un sabor diferente al arroz o la pasta.
  • Especias para los salteados: la combinación que más me gusta es el pimentón ahumado + ajo deshidratado + cebolla deshidratada y un chorrito de limón si es con pollo.

Otros días hemos comido fuera porque estábamos haciendo compras, visitas al médico o producciones de foto (en mi caso), y hemos aterrizado en el restaurante que estaba más al paso comiendo lo que tuviera de menú o eligiendo de la carta lo que nos apetecía, postre incluido.

Como ves, para comer saludable no se trata de hacerlo siempre perfecto, sino de resolver con lo que tenemos de tiempo, dinero, energía y esfuerzo, teniendo en claro cuál es el objetivo.

Para mí la alimentación en este tiempo de embarazo está siendo fundamental, porque cuando consumo cosas que no me sientan bien lo noto mucho más: acidez, ardor de estómago, estreñimiento, alteración del sueño, etc. y no me gusta sentirme así.

Por eso mi objetivo en estos días era comer simple pero nutritivo la mayor parte de las veces y cuando no se pudiera, se resolvía en el momento con lo que tuviéramos a mano.

De esta forma la comida deja de ser un estrés y nos ocupamos de lo que importa: la salud mental y física (y de terminar el salón claro está! Jajajaj)

Como fin del cuento te hecho el chisme:

  • El salón ya está listo. ¡Oh yeah!
  • La habitación del desastre está a medias, pero en breve estará lista para recibir a mi hermana y mi sobri que vienen a acompañarme en el parto.
  • Hemos donado cosas, regalado otras y tirado basura a punta pala.
  • El congelador ya no está pelado. Pero la nevera es el mismo desierto.

… Creo que mientras estés leyendo estas líneas estaré haciendo la compra…

Espero que estas estrategias te ayuden a comer saludable el 80% de las veces cuando el tiempo no vaya a tu favor.

Cuéntame ¿Qué estrategias usas para garantizarte comer saludable el 80% cuando no tienes tiempo?

Te leo en comentarios,

Laura

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