En una procesadora de alimentos coloca el aguacate, la cebolla, la sal y el zumo de lima. Procesa unos minutos para que el aguacate y la cebolla se vayan troceando.
Agrega cilantro fresco, jengibre en polvo y vuelve a procesar un minuto.
Agrega tomate picado en trocitos pequeños. Mejor a cuchillo para que en la salsa se aprecie y para que no tiña el verde brillante del aguacate con el jugo del tomate, dando un color marrón poco apetecible. Si le pones jalapeño, pícalo a cuchillo y agrégalo aquí.
Integra todo y guarda en un cuenco de cristal en la nevera. Al tener zumo de lima, la salsa conserva su frescura durante unos 4/5 días.